De las encuestas y otras hierbas electorales
¿Por quién votarán los bogotanos, los caleños, los barranquilleros, los medellinenses? Si nos apegamos a las encuestas, la tendencia está clara. Pero hay ejemplos, muchos, de los descaches de quienes aplican estas consultas con posibles electores. ¿Se acuerdan cuando Lucho Garzón ganó la Alcaldía de Bogotá? Pues perdía en las encuestas frente a Juan Lozano. El problema es que muchos electores acuden al voto triunfalista o al voto útil, que no necesariamente es beneficioso para la sociedad. Y ahí es donde tienen peso las encuestas. "¿Para qué voto por el candidato X si tiene el 1 por ciento en la encuesta de NNN?" o "Votemos por A para que B no gane", argumentan muchas y muchos, como si se tratara de un partido de fútbol y no de la decisión más importante sobre los destinos de la ciudad, el departamento o el país. ¿Cuántos en Bogotá votaron por Peñalosa y no contra Moreno de Caro cuando aquel fue Alcalde? Para la mercadotecnia electoral, las encuestas son una