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Este es el programa 'El ADN de la Música' dedicado al proyecto Mangoviche, de Villavicencio. Es un ejemplo de pasión y talento musical. Fue grabado en el parque Las Malocas de la capital del Meta. La Corporación Mangoviche  ya ha recibido reconocimientos en festivales nacionales como el de Música Colombiana, en Ibagué. María José Ávila, Laura Jaramillo, Natalia Barrera, Ernesto Campos y Cristian Vega cuentan lo que ha significado la música para ellos, que están entre los 15 y los 20 años. Muestran con creces su talento. .. Aquí, la primera parte del programa. Segunda parte del programa.

Los bailarines bogotanos Nicolás Carreño y Katherine Estrada, campeones mundiales de salsa, estuvieron en 'El ADN de la música', que se transmite por EL TIEMPO TELEVISIÓN. Contaron cómo fueron sus comienzos hasta llegar a ser considerados entre los mejores del mundo. Durante el programa bailaron temas de los colombianos René Grand, Al Escobar, Fruko y sus Tesos y la Sonora Carruseles. El programa se emite los sábados a las 11:00 a.m. y 10:00 p.m. y los domingos a las 7:30 a.m. y 10:00 p.m.

El equipo de 'El ADN de la música' con el dueto Nocturnal. El pasado 20 de febrero se  estrenó en EL TIEMPO Televisión el programa 'El ADN de la Música', realizado por el diario ADN  con el fin de destacar las diferentes expresiones musicales y sus talentos. Los primeros invitados fueron Doris Morera de Castro, presidenta del Festival de Música Colombiana, que desde hace 30 años se realiza en Ibagué, y los integrantes del dueto 'Nocturnal', Alfonso Ricardo y Vladimir Ardila, quienes muestran su talento y cuentan detalles de su actividad artística. El espacio, de media hora, es dirigido y presentado por Fernando Millán. El productor periodístico es Dagoberto Moreno. La edición está a cargo de Johnatan Salazar. Los camarógrafos son Ricardo Pineda y Edwar Moreno. Los asistentes generales son Mateo Coral y Andrés Figueroa. En cada programa los televidentes tienen la posibilidad de obtener regalos al responder preguntas en las redes sociale

El río Cali. Foto de Juan B. Díaz Como en las películas que muestran el caos planetario, las imágenes que se ven día a día son aterradoras porque ya no son ficción. Ver lo que ocurre con los ríos Pance, Magdalena, Cali y Ranchería, por ejemplo, es preocupante porque de solo piedra y nada de agua se nota el impacto sobre las poblaciones ribereñas. El ganado está flaco por falta de pastos porque no llueve. La producción de frutas y verduras de hoy no tiene nada que ver con la abundancia de otros tiempos. Este rollo de la crisis ambiental va en serio. Lo del calentamiento global no es una fábula y el cambio climático se padece día a día. Las costas y los pueblos tradicionalmente calientes hoy son más calientes. Y ciudades a más de 2.000 metros, como Bogotá, son atípicamente calurosas. El agua escasea y no hay una política de Estado para buscarla subterránea y dejar descansar a la superficie. Lo peor es que las pocas cosas que se hacen en bien del planeta no son suficientes