Nos cogió la noche con el planeta

El río Cali. Foto de Juan B. Díaz
Como en las películas que muestran el caos planetario, las imágenes que se ven día a día son aterradoras porque ya no son ficción.

Ver lo que ocurre con los ríos Pance, Magdalena, Cali y Ranchería, por ejemplo, es preocupante porque de solo piedra y nada de agua se nota el impacto sobre las poblaciones ribereñas.

El ganado está flaco por falta de pastos porque no llueve. La producción de frutas y verduras de hoy no tiene nada que ver con la abundancia de otros tiempos.

Este rollo de la crisis ambiental va en serio. Lo del calentamiento global no es una fábula y el cambio climático se padece día a día. Las costas y los pueblos tradicionalmente calientes hoy son más calientes. Y ciudades a más de 2.000 metros, como Bogotá, son atípicamente calurosas. El agua escasea y no hay una política de Estado para buscarla subterránea y dejar descansar a la superficie.

Lo peor es que las pocas cosas que se hacen en bien del planeta no son suficientes para frenar la sequía del fenómeno de 'Niño' y la arremetida de inundaciones de la 'Niña'.

Porque una vez pase la sequía vendrá el fuerte invierno. Esto va en serio y es responsabilidad de todos. Debe haber una decisión clara de los gobiernos desde la Nación hasta los municipales para darle prioridad a esto. Es la supervivencia de la especie, que pesa mucho más que el desarrollo vial o la construcción de viviendas en zonas de reserva.

Tal vez hace 30 años se les señalaba a los ambientalistas de panfletarios y apocalípticos. Alertaron por todos los medios, pero desde los sectores de decisión los ignoraron y pusieron al planeta contra las cuerdas. Nos cogió la noche.
@fernandomillan

Comentarios

Entradas más leídas

El Titanic, una leyenda de 100 años

Yo me llamo Cochise

¿A quién se le ocurrió que tocaba encerrarnos en la casa?

El cura Hoyos, a capa y espada

"A la guerra no volvemos"