Siempre debe haber tiempo para la paz

No sonó bien que alguien dijera que los posibles contactos para un proceso de paz con la guerrilla ponían en peligro la Unidad Nacional. Mejor dicho, importa más la estabilidad de una alianza política que la posibilidad de ponerle fin a la guerra.

Era la primera reacción a la manifestación del expresidente Uribe de que Santos estaba gestionando en secreto unos contactos con las Farc. Y lo hacía poniendo al país en el dilema de la guerra y la paz. ¿Será que la mayoría, al menos quienes padecen la guerra diaria, no hacen fuerza para que se le ponga fin al conflicto armado?

Y esta semana ya se conocieron detalles de esos contactos. El Presidente le contó al país que efectivamente hay contactos con las Farc y fue prudente en los detalles. Desde La Habana se supo que ya hay voceros de lado y lado, que Oslo será la próxima escala, que hay unos ejes temáticos planteados...

Afortunadamente volvimos a la ola de la paz. Hay que hacer fuerza para que las partes mantengan la confidencialidad, que se aprenda de lo que pasó por ejemplo en Suráfrica (les recomiendo leer 'El factor humano', de John Carlin). Que mantengan la firmeza de alcanzar el camino de la paz. Que una de las etapas se cumpla en Oslo (Noruega) es muy significativo por lo que representa el concepto de paz que se estila en ese país y por la experiencia asesorando otros procesos.




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