Iván Márquez: "En las FARC no renegamos de nuestro pasado"

Iván Márquez, dirigente de las FARC. Foto: Carlos Ortega / ADN
Por Fernando Millán C. y Carlos Salgado R.
Publicado en el diario ADN.

El futuro político de las FARC ya está sobre la mesa una vez concluido el congreso de 1.200 excombatientes, que le dieron nombre, estructura y programa al nuevo partido. Se acabaron las especulaciones y ayer decidieron que como partido político mantienen la sigla FARC, pero ahora significará Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común.

¿Han contado con el respaldo de empresarios y políticos que en otros tiempos no se habrían atrevido?

En las reuniones de implementación hemos tenido la posibilidad de contactos muy importantes con empresarios, con políticos, que no es que expresen su simpatía por el nuevo partido o por la forma como las FARC cumplieron sus compromisos, pero sí han venido a manifestar su disposición de apoyar la materialización de proyectos productivos que sirvan para una reincorporación efectiva de los exguerrilleros. Cuando hablamos de la reincorporación siempre nos referimos a la población rural, a los campesinos de las zonas, a los que queremos involucrar en los beneficios de la reincorporación.

Han reiterado ser un partido amplio. ¿Dónde van a estar parados?

Somos un partido revolucionario, no renegamos de nuestro pasado. El compromiso fue dejar las armas para hacer política y es lo que hemos hecho sin renunciar a nuestras ideas. Vamos a pelear por las mismas cosas por las que lucharon nuestros padres fundadores, pero ya sin armas.

¿En qué se van a diferenciar de los partidos ya existentes?

Este nuevo partido tiene una característica: hace lo que determine la mayoría. Va a ser un partido auténticamente democrático. Elaboramos nuestras líneas programáticas, el programa del partido, una plataforma para el movimiento social para ponernos de acuerdo sobre cómo seguir esta lucha que se libra por mejorar la situación de los trabajadores, de los campesinos, de los pueblos indígenas, de las comunidades negras, de los jóvenes de las mujeres, de todos. Trabajamos para estos sectores con una política lo más amplia posible. Después nos ponemos de acuerdo con aquellos que aspiran a la Presidencia. Es muy importante cumplir la palabra en la implementación de los acuerdos. Estamos en contra de la corrupción como todos los colombianos. Será una de las banderas. Como la mayoría de colombianos, queremos la paz. Un candidato que esté a favor de la reconciliación de la familia colombiana y de la concordia va a tener el respaldo mayoritario de la Nación.

¿Volverá al Congreso?

No sé. Vamos a ver qué dice la gente.

Después de creado el partido, ¿qué viene para que puedan participar en política?

Ir a informarle al Consejo Nacional Electoral.

¿Van a la plaza pública en grandes ciudades?

Vamos a trabajar en todo el país. Lo primero que debemos hacer es un trabajo intenso de contactos políticos, de escuchar las inquietudes de la población, en las ciudades intermedias, lo que piensa la gente en el campo, la juventud, las mujeres, los trabajadores, las etnias. Nos gustaría estar en el Pacífico, en el Caribe, en los Llanos, en la Amazonía, en la región Andina, para conocer sus sueños y saber cómo sumamos voluntades.

¿Han tenido contactos con otros partidos?

Vamos a seguir realizando contactos políticos con algunos sectores, por ejemplo, nos reunimos con el Polo, hemos tenido contacto con los verdes, con senadores independientes, representantes de los distintos partidos que están interesados en el proyecto político de las FARC y estamos intercambiando ideas, pensando en el futuro qué se puede hacer por el país.

¿Cómo va a ser la participación de la mujer dentro del partido?

Desde luego aquí se escucha mucho a la mujer. Ellas son bastante activas en la defensa de sus derechos. Eso queda plasmado en los estatutos que se aprueban.

Uno de los temores de algunos sectores es que el nuevo partido político de las FARC tiende a un modelo similar al de Venezuela y se pinta a Venezuela como el gran ‘coco’.

Que miren la declaración política para ver qué es lo que estamos planteando. Estamos hablando es de Colombia, de nuestra realidad y de cómo superar las dificultades que tenemos en todos los campos, en lo político, en lo económico, en lo social, en lo cultural.

También se critica que ustedes se excluyen como victimarios y dejan el calificativo para el Estado...

Nosotros vamos a asumir responsabilidades. El país no debe preocuparse por eso. Vamos a aportar verdad. Son otros los que le tienen miedo a la verdad. Nosotros, no, porque sabemos que aportando a la verdad se accede a la justicia restaurativa o reparadora. Pero hay que aportar verdad. Hay mucha gente en Colombia, y sobre todo desde sectores del poder fáctico, que le temen más a la verdad que el diablo a la cruz, seguramente porque van a salir a flote verdades que ellos no quieren que se sepan. Y se oponen a la Jurisdicción Especial para la Paz y amenazan con volverla trizas. Mucha gente ya está entendiendo que aquí no hay otra solución que poner en marcha la JEP.

En el discurso del domingo habló no solo de la reincorporación política, sino de la social y económica de los miembros de las FARC. ¿Es la mayor preocupación interna?

Las mayores preocupaciones están en la seguridad jurídica y en la seguridad socioeconómica. Todavía tenemos compañeros encarcelados a los cuales no se les ha aplicado la ley como fue concebido en los acuerdos. Otro aspecto es la suerte de la ley estatutaria que crea la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Esperemos que ahora que hay ponentes, en el Congreso se de una discusión fluida para que podamos contar con esa herramienta lo más pronto posible. ¿Cuál es nuestra preferencia? Que se apruebe la ley estatutaria tal cual como la convinimos entre el Gobierno y las FARC. Nos preocupa que existan muchos sectores interesados en meterle la mano a lo acordado.

Los sectores que se oponen al acuerdo han ganado terreno frente al debilitamiento de la Unidad Nacional. ¿Ven con preocupación el futuro de los acuerdos?

Evidentemente hay un debilitamiento de la Unidad Nacional, lo cual tiene un impacto sobre el trámite normal y sin sobresaltos de la aprobación normativa de algunos aspectos de lo acordado, pero también se observa que hay muchos senadores y representantes que quieren que se consolide el logro de la paz. Aspiramos a que todos los grupos políticos entiendan la necesidad de hacer una contribución a la consolidación de la paz..

Si estos anhelos no se concretaran, ¿qué va a pasar?

No quiero pensar en ese escenario, más bien preferiría pensar en otras posibilidades y están en manos del Presidente de la República. Es decir, que el Presidente resuelva, apoyado en la potestad que le da la Constitución y asuma exclusivamente las riendas de este proceso de paz.

Santos no se ha manifestado sobre los inconvenientes en la implementación. ¿Han recibido algún mensaje de él?

Hablamos recientemente con el Presidente, la Comisión de Implementación y algunos de sus ministros y la impresión que tenemos es que el Presidente está jugado por la paz. Ha dicho que va a cumplir hasta la última coma, que no le va a poner conejo al acuerdo o a la guerrilla y que está compenetrado con la idea de sacar adelante la paz. Nosotros le creemos al Presidente de la República.

¿Qué ha pasado con la Unidad Especial de Lucha contra el Paramilitarismo?

Ahora hasta el Fiscal le mete la mano, quiere cambiar el rumbo de lo que en un principio habíamos acordado y se opone férreamente a la puesta en marcha de la Unidad. No lo entendemos. La Fiscalía no está operando en el desmantelamiento de las organizaciones criminales del paramilitarismo. La misma Fiscalía reconoce que tiene en su poder 15 mil compulsas de copias contra el paramilitarismo pero no ejecuta nada.

Han sido asesinados a varios miembros de las FARC, ¿cómo evitar que se repita lo de la UP?

Preocupa internamente y en la ciudadanía que quiere la paz. Debemos hacer todo para evitar que se repita la triste historia de la UP, que surgió de un acuerdo de paz. Era un experimento que se hacía para que los líderes de la guerrilla de entonces, entre ellos Jacobo Arenas, pudieran vincularse a la actividad política legal. Él alcanzó a hacer preparativos para salir a Bogotá a un evento. Se imaginaba en la plaza pública, pero esto se frustró porque las fuerzas que comandan la intransigencia decidieron evitarlo en forma violenta. Ahora reclamamos la seguridad personal y la protección no solo de los guerrilleros, sino de comunidades donde hizo presencia la guerrilla hasta hace unos meses. Evitar que se sigan asesinando líderes socia- les, excombatientes, exmilicianos y sus familiares.

¿Qué se ha hecho para encontrar los restos de los guerrilleros muertos y entregárselos a las familias?

Se ha creado una comisión en la que participan guerrilleros y delegados del CICR. Estamos interesados en que la familia pueda darles una sepultura digna. Muchos de ellos han quedado por allá en la selva. Es una obligación moral hacer devolución de estos restos. Y no solo de guerrilleros, sino de otros que murieron en distintas circunstancias y que la guerrilla tendrá que explicar. Se ha venido haciendo en silencio. Se dan unas coordenadas y va una comisión. Ya se han realizado varias de estas operaciones.

¿Qué alcance tiene para lo que viene la reunión que tuvieron con un grupo de exjefes paramilitares?

Muy importante, porque consideramos que pasos en esa dirección de buscar el entendimiento, de tratar de esclarecernos las cosas, contribuye mucho a la generación de confianza. Se constata una decisión en este sector de las antiguas autodefensas, como ellos prefieren que los denominen. Quieren aportar verdad, porque la verdad que ellos han aportado ha sido destruida. Diez años de verdad fueron desaparecidas por la Fiscalía General de la Nación. Eso es muy preocupante. Creo que ellos van a ir a la JEP. Sería muy importante para rescatar esta verdad sobre lo que ha sucedido en Colombia entorno a este fenómeno del paramilitarismo. También al mismo tiempo asumiendo la responsabilidad de lo que sucedió en este conflicto que causó víctimas. Por eso hablamos de las víctimas del conflicto.

¿Cómo están hoy frente al tema de la sustitución de cultivos, la erradicación y en general sobre el narcotráfico?

Estamos comprometidos a fondo con la sustitución de cultivos. Creemos que podemos cump0lir un papel importante y no vamos a ahorrar ningún esfuerzo para convencer, para persuadir a los campesinos. Pero el Gobierno tiene que cumplir con los proyectos alternativos. Y que no revuelva el Gobierno la sustitución con la erradicación.

Como lo que pasó en Nariño.

Allá acordaron con los campesinos que iban a sustituir y de pronto les cayeron con el Esmad y generaron semejante desorden. Eso no se puede hacer. Nosotros creemos que podemos cambiar la situación. Se puede frenar el crecimiento de la siembra de la hoja de coca hablando con los campesinos. En ninguna parte de donde nosotros nos hemos movido y donde hemos planteado esta idea hemos recibido rechazo. La gente quiere resolver este problema. Nosotros les hablamos de proyectos productivos y el Gobierno tiene que moverse en esa dirección. Lo otro es que el Gobierno también tiene que combatir la corrupción relacionada con los narcocultivos. ¿Por qué sigue este negocio de la coca? Porque hay corrupción. Porque hay autoridades que tienen las manos contaminadas con el dinero de la mafia. ¿Cómo se explica, por ejemplo, que carrotanques enormes puedan pasar sin ningún problema por toda la Panamericana hasta llegar a la costa Pacífica de Nariño con precursores químicos? ¿Y cómo es posible que pueda sacar la droga por los puertos? Ahí hay algo que no está muy claro y que el Gobierno debe saber qué es lo que está pasando. Si el Gobierno hace eso, contribuye enormemente a resolver este problema del tráfico.

Ustedes siempre dijeron que en esto del tráfico tenían una participación con el cobro de gramaje, ¿tienen información sobre cómo operan las mafias del narcotráfico en esas regiones y eventualmente se la entregarían al Estado para ejercer un mayor control?

Ese es un asunto que debe resolver el Estado. De actuar con sus fuentes de inteligencia, que son las que le dicen qué es lo que tienen que hacer. Pero por lo menos sí podían hacer algunas acciones, materializar los planes piloto que ha anunciado el vicepresidente de la República, el general Oscar Naranjo, un plan piloto para Buenaventura y Tumaco. Consiste en mirar qué es lo que está pasando a nivel de autoridades. Deben enviarse nuevos comandantes, nuevos fiscales, agentes del Estado previamente preparados, blindados contra los dineros de la corrupción para ejercer un papel con rectitud. Nosotros, por su puesto, estamos también por ponerle fin al narcotráfico. Ahí hay un problema muy serio. Consiste en que se reprime al eslabón más débil de la cadena, que son los campesinos pobres y los consumidores. Hasta las mulas, sobre todo mujeres que por pura necesidad hacen estas cosas, pero el problema está en el lavado de dinero y eso no lo ven. Por eso es que persiste el fenómeno a nivel mundial. Si no se ataca ese flagelo, si no se mira quiénes son los banqueros corruptos para poner las cosas en orden, el fenómeno del narcotráfico va a seguir.

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