¿Cómo llegó Andrés Cepeda a la música?

Este es un fragmento de la entrevista que le hicimos a Andrés Cepeda para 'El ADN de la Música' el 11 de junio de 2016. Fue grabada en Galería Café Libro, en Bogotá. Se puede ver la entrevista completa en www.youtube.com/watch?v=ICgtPctf4zU&t=1s y en www.youtube.com/watch?v=TQ34KrGXRJs&t=70s  
Fernando Millán: Me voy a saltar un poco lo que habíamos planeado previamente, que era meternos con la producción primero y después hablar de la vida un poco. Son 26 años metido en la música.

Andrés Cepeda: Imagínate, eso es mucho tiempo. Yo miro hacia atrás y me sorprende que haya pasado tanto tiempo tan rápido y que hayamos alcanzado a hacer tantos discos y tantos proyectos y tantas cosas en el camino. Y me siento agradecido. Hay un par de años en la vida mía que me hubiera gustado aprovechar mejor. Unos sabáticos ahí como chimbos, que no produje nada. Pero mirando hacia atrás, creo que sí se ha aprovechado del tiempo y se han hecho cosas bonitas. Y es bonito mirar hacia atrás y ver todo lo que se ha hecho y me siento orgulloso.

'Lo mejor que hay en mi vida'  

Además fue muy temprano en la música. Casi que del colegio a Poligamia. ¿Cómo fue eso?

Cualquiera que diga que llevo 26 años en la música pensará que tengo como 60 y pico. Pero lo que pasa es que empecé un poco temprano. Tuve la oportunidad de enamorarme de la música muy chiquito. Nací en una casa con mucha música alrededor. De modo que cuando nací siendo el menor de los 5 hermanos tenía todo este ambiente musical: mi hermano pianista, mi papá violonchelista, mi mamá cantaba y tocaba el triple, mis primos tenían su estudiantina. Era una sola música la casa. Entonces, cuando tuve edad empecé a estudiar piano y me enamoré profundamente de la música, obviamente en ese ambiente. Cuando llegué al colegio, encontré a mis amigos. Me encontré con Juan Gabriel Turbay con Gustavo Gordillo, con Freddy Camelo, César, e hicimos nuestra banda y empezamos a explorar lo que podíamos hacer. Como te digo, éramos muy jóvenes. Cuando publiqué mi primer álbum, tenía 17 años.

Y desde Poligamia hasta aquí ha corrido mucha agua debajo del puente.

Mucha. Y cuando uno empieza un proyecto siendo tan joven, teníamos 16 años cuando empezamos con Poligamia, pensábamos que iba a ser para toda la vida. Entonces uno se ilusiona con eso. Cuando pasaron unos 8 años, ya habíamos sacado cuatro álbumes con Sony Music. Se disuelve el grupo, cogemos para lados distintos cada uno. Tenemos un tercer álbum que no es exitoso, de modo que el cuarto álbum es como de despedida. Y se derrumba todo esto. Me aburro bastante porque pienso “hasta aquí llegué, pues se me acabó mi proyecto, se me acabo mi ilusión, se me acabó la música”. Pero yo quiero seguir haciendo música, “entonces me voy a dedicar a escribir canciones y la ingeniería de sonido es mi cuento y entonces vamos a trabajar en esto”. Y me meto en ese tema de la parte de producción ya convencido y resignado de que la parte escénica ya no más. Y empecé a escribir canciones. Tuve un encuentro de desamor fuerte cuando tenía unos 20 años, 21 años. Escribí una serie de canciones que fueron importantes para mí. Alguien escuchó y me propuso grabarlas en un disco. Yo no lo asumí como una nueva oportunidad, sino como una oportunidad de trabajo. Presenté mi disco, cobré mi dinero y me senté en mi casa a seguir con mis cosas. Cuando me di cuenta, ese disco empezó a funcionar muy bien y empezamos a tener compromisos promocionales y me tocó armar una banda y hacer conciertos. Y así empezó mi carrera como solista con un disco que se llama ‘Se morir’. Sin pensarlo mucho, sin programarlo mucho, terminamos dándonos una segunda oportunidad en la música y aquí estamos.

Andrés, volvamos a Poligamia, al colegio. Ustedes crecieron juntos, vivieron experiencias en la época más complicada de la vida de un joven.

Claro, cuando empezamos a trabajar con el grupo teníamos 16 y 17 años. Y empezamos a vivir lo que se vive en la primera juventud, ¿no?, juntos y con una banda de rock que tenía un programa de televisión al aire, en un súper horario, sonando en la radio, con las canciones pegadas. Entonces, esa primera juventud que tuvimos fue muy, muy rica y por eso somos tan amigos. Vivimos muchas cosas hermosas de la vida juntos mientras estábamos en el grupo. Entonces, eso hace que nuestra amistad y lo que tengamos a nivel personal sea muy poderoso. Eso nos permitió reunirnos ahorita para hacer una serie de conciertos y encontrarnos y darnos cuenta de que esa amistad y esa química, por fortuna, seguían intactas y eso fue un gran placer, poderlo saborear de nuevo.

Uno tiene la sensación de que en Colombia hasta hace unos 20, 25 años, uno miraba a México a España diciendo: “Uy, tiene un montón de cantantes, de músicos” y Colombia tenía un grupo chiquitico. Hoy Colombia tiene una cantidad de artistas en todos los géneros musicales que nos hace ver como una potencia musical.

Es genial. Se volteó la arepa. Resulta que el mundo mira mucho hacia Colombia y sobre todo escucha. Hace 20 años la cosa no era así y partía un poco de nosotros que no fuera así. Antes de una serie de cambios que hubo, los colombianos no valoramos mucho nuestras propias expresiones. Había unas pocas figuras, pero no eran tan valoradas ante otras internacionales. Y pienso que hubo un cambio super positivo. Todos estos precursores, te estoy hablando de gente como la gente del Club del Clan, Óscar Golden, Vicky, Claudia de Colombia, empezaron a abrir un camino para lo que iba a ser el futuro de la música colombiana. Pero para ellos, aunque tuvieron momentos de mucho éxito, no fue fácil porque el público colombiano no era tan susceptible a querer a sus propios artistas. Miraban más hacia afuera. Hubo un cambio muy interesante en la década de los 90, del cual el protagonista sin duda Carlitos Vives y logró hacer que miráramos hacia adentro los mismos colombianos, que reconociéramos, mediante la exposición que él hizo del folclor vallenato, nuestros propios valores. Y eso cambió mucho la película. Eso hizo que mucha gente se atreviera a querer a sus artistas. Nosotros fuimos beneficiados por eso. Tanto en Poligamia como después en mi carrera como solista y muchos otros compañeros míos lo podrán decir, dar el mismo testimonio. Carlos cambió la percepción de la gente y respecto a nuestra música colombiana. Y esa percepción que nosotros mismos cambiamos se vio compensada y el mundo empezó a ver que nuestra música era genial y que teníamos muchos sonidos y una diversidad de expresiones. Y estamos hoy gozando de un prestigio mundial muy importante en cuanto a lo que tiene que ver con nuestra música y a la diversidad de nuestra música. Mucha gente haciendo cosas distintas y eso hace que seamos tan interesantes.

'Desesperado'

Hay un tema mítico de la salsa, que es ‘El cantante’, de Rubén Blades. ¿Cómo está la vida de Andrés Cepeda enmarcada en la letra de esa canción?

Precisamente estamos en un lugar que evoca mucho esa música, esa expresión y alguna vez en esta misma tarima tuve oportunidad de cantar con la banda de Danny Rosales una versión espontánea que hicimos aquí de 'El Cantante'. Resulta que Rubén Blades es un tipo sumamente inteligente. Él es capaz de escribir una canción, que no solamente enmarca la carrera de un señor como Héctor Lavoe, sino que se vuelve referente y pertenencia de mucha gente que nos dedicamos a esto. Desde el más famoso hasta el más humilde cantante de una esquina. Es una canción bellísima que habla sobre lo que es el oficio y a grandes rasgos abarca extremos de éxito o de realidad o de fracaso de mucha gente que se dedica a esto. Y me parece una canción genial. 

El paso por la televisión, por los reality, ¿qué te dejó?, porque esa es una incursión novedosa.

Realmente no me imaginé que podía participar en un programa como estos. Cuando mis amigos de Caracol me invitaron a participar me gustó mucho el formato. Ya lo había visto en otros países. Me pareció que era un formato súper sólido y que tenía unas características de respeto y de nivel para con los participantes y de nivel para con el público y me pareció genial participar. Además, me pareció que fue muy interesante que los productores escogieran para esa primera temporada a ese grupo de jurados. Estaba Fanny Lu, estaba Carlitos, estaba Ricardo Montaner y estaba yo. Y resultó que su elección fue interesante porque hubo una química chévere. Y la cosa fluyó muy bien. A mí me gustó mucho, lo disfruto mucho cada vez que voy y trabajo con estos muchachos. De verdad que es un placer gigante. Y me dio la posibilidad de que mucha gente llegara a mi música a través de esa exposición. En un principio me dio un poquito de miedo, porque estar en un Triple A todos los días con esta promoción tan fuerte. Te da un poco de vértigo, verdad, pero creo que valió la pena e hizo que mucha gente se acercara a mi música a raíz de que estuviera tan visible. Y me acercó sobre todo a los chicos, a los más chiquitos. En las últimas dos temporadas de los niños mi audiencia se creció una cantidad en el sector de los chiquitines y me parece divino porque eso me garantiza de alguna manera un poco más de vida artística.

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