Tocan a la puerta de la paz

Por estos días, y ojalá cada vez lo interioricemos más, se volvió a escuchar y a leer la palabra PAZ.

El proceso que han adelantado Gobierno y FARC de manera confidencial empezó a sonar fuerte y a esperanzar a muchos. Porque, quién no quiere la paz! Algunos seguramente que viven a costillas del negocio de la guerra. Pero ese no es el tema de ese comentario. A lo que voy es a que cada uno tiene una historia de violencia y muerte para contar: familiares o amigos desaparecidos o secuestrados o asesinados, desplazados de sus tierras o exiliados.

La gran mayoría de los colombianos hemos vivido en un país en el que la guerra está a la orden del día, así algunos quieran borrar con palabras la existencia del conflicto armado. Y vale la pena apostarle a que desaparezca del diario vivir el corre corre de la confrontación armada.

Se volverán a poner sobre el tapete temas que no se olvidan como la inequidad, las víctimas de la violencia, el negocio del narcotráfico, el desarme y la reinserción y la democracia política a plenitud.

Es totalmente previsible que reaparecerán términos que suenan cuando se hace público un proceso de negociación: ‘enemigos de la paz’ e ‘idiotas útiles’. Pero también se escucharán voces reconciliadoras.

Lo ocurrido hoy, cuando escuchamos al presidente Juan Manuel Santos y a Timochenko, máximo comandante de las FARC, demuestra que no están partiendo de cero. Que los negociadores han recorrido un camino interesante. Fueron contundentes en la voluntad que existe para ponerle fin a años de guerra. Y también fueron claros en señalar que la confrontación armada seguirá, como ha seguido desde cuando empezaron los contactos, hace año y medio. Esto no debe asustar a nadie. No hay que olvidar que Alfonso Cano murió cuando ya se habían establecido los contactos.

Un principio en la negociación de conflictos es que no se negocia con el amigo, sino con el enemigo. Implica reconocerlo y saber que hay que ceder. Por eso, plantear inamovibles, como los de Uribe, no vienen al caso.

Ya tendremos muchos días, semanas y meses para ir desgranando esta mazorca de la resolución del conflicto armado. Por lo pronto, la paz volverá a aparecer en el lenguaje público. Los medios de comunicación, o al menos ADN en sus versiones web e impresa, tendremos el compromiso de hacer pedagogía de lo que significa entablar un proceso de negociación hacia la paz, de visibilizar a los distintos sectores, de aplicar la tolerancia en todos los ámbitos, de no olvidar que hay que tener mucha paciencia porque la guerra de décadas no se resuelve en pocos días.

Cuando terminaba de escribir este comentario, se conocieron los nombres de los negociadores del Gobierno: los generales Jorge Mora y Oscar Naranjo, Humberto de la Calle, Frank Pearl, Sergio Jaramillo y Luis Carlos Villegas. Muy significativo que dos generales retirados, uno del Ejército
y otro de la Policía, reconocidos por su accionar contra los grupos ilegales.

Hasta luego.

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