'Modernizar a Bogotá vale $ 99 billones'

Alex Vernot.
A Bogotá habría que meterle toda la plata del mundo para modernizarla. El planteamiento lo hace Alex Vernot, empresario y abogado cercano al alcalde Gustavo Petro, que nunca ha estado de frente en la política, pero que ahora sí está dispuesto a medirse en las urnas.

Es el segundo que por lo menos expresa su intensión de hacer campaña por la Alcaldía en las elecciones del año entrante. De esta carrera, a punto de despegar, ya hace parte el ex vicepresidente Francisco Santos, del Centro Democrático, que la semana pasada hizo unas fuertes declaraciones contra Petro. Y suenan Clara López y Rafael Pardo.

Para Vernot, estudioso de la guerra en Colombia y de sus causas estructurales, la solución a los problemas de Bogotá no pasa por el borrón y cuenta nueva de lo hecho por los gobiernos de izquierda, como lo plantea Francisco Santos. ADN habló con él.

¿Por qué quiere ser alcalde de Bogotá si nunca ha estado de frente en la política?

Si quienes no somos políticos no tomamos partido ni nos involucramos, ni el país ni la ciudad van a salir adelante. Este es un problema de todos. Particularmente, porque los que tenemos hijos sabemos que estos niños y niñas no tienen ningún futuro en este país, que de muchas formas se ha vuelto inviable por la forma como lo han manejado unas mismas familias desde siempre. Además, la experiencia que me dio mi ejercicio profesional de más de 25 años conociendo el país, la justicia, el sistema financiero, los negocios, y el poder económico, me permiten plantear cosas con sentido común, prácticas, posibles y que, claramente beneficien a los estratos 1, 2 y 3, que son los más afectados por el caos en que vivimos.

Todo indica que atacar a Petro será la estrategia de los candidatos. ¿Cuál es su posición frente a su gestión?

Hay mucha injusticia en el tema de Petro, porque él tenía la mejor voluntad de ayudar a la gente menos favorecida, y de hecho lo ha hecho.  Cuando uno va a las localidades y habla con la gente, se da cuenta que muchos lo quieren y sienten que él los defiende. Es contrario a la idea que se tiene en ciertos sectores de que Petro no lo ha logrado políticamente. Él se equivocó casando tantas peleas al mismo tiempo, lo cual implicó en la práctica que se enfrentara a distintos tipos de poder, que lo terminaron amarrando de pies y de manos, hasta llevarlo prácticamente a la inmovilización en la gestión. Salvo en los programas sociales que venían de tiempo atrás en la alcaldía y que se han seguido haciendo, con gran beneficio para los estratos 1 y 2.

Francisco Santos critica duramente a las administraciones de izquierda, calificándolas de corruptas. Es como si la ciudad se hubiera estancado. ¿Ha sido así?

Creo que Pachito Santos no conoce la realidad de Bogotá. Eso se demuestra con esa afirmación tan alejada de la realidad y de las problemáticas de los estratos 1, 2 y 3, que representan el 95% de la ciudad. Gracias a estos gobiernos sociales que se han preocupado por la gente, por los seres humanos, es que hoy nuestros niños tienen una buena educación, una buena alimentación. Ya no se levantan y se acuestan con hambre,  tienen salud, además de atención a las madres cabezas de familia. Un sinnúmero de programas que él con seguridad desconoce y que precisamente se pensaron en los últimos cuatro gobiernos, que él llama peyorativamente de izquierda, cuando fueron sobretodo “gobiernos humanos”.

¿Y la corrupción es privilegio de solo estos tres gobiernos?

Para nada. ¿Acaso él no hizo parte de unos gobiernos que también fueron cuestionados por corrupción? Mire, la corrupción en Colombia es funcional al poder, tanto político como económico. Como dice el dicho, que entre el diablo y que escoja.

Usted ha sido cercano a Petro, ¿se mantiene tan próximo a él?

La gestión del alcalde monopoliza el tiempo del alcalde y claro ya no hay mucho tiempo para conversar. Siempre voy a admirar y respetar a Gustavo Petro porque creo que su interés en el pueblo es real y legítimo, mucho más que la mayoría de los políticos en este país.

A propósito de Petro, sin duda será una de las opciones a la Presidencia en las próximas elecciones. ¿Cree que hay más de uno echándole zancadilla para que ni siquiera aspire?

Petro sabe muy bien para donde va. Sin embargo, lo que llaman el establecimiento, es decir la dirigencia política, social y económica del país, lo subestiman, pensando que está acabado políticamente por su gestión como alcalde. No saben qué pasa en los barrios más afectados económicamente de la ciudad, y ahí, se está cultivando en mi opinión un levantamiento social y político de dimensiones impresionantes, por las desigualdades, por las injusticias cotidianas, por la falta de trabajo, de oportunidades, por el control del territorio, por el poder de distintos tipos de mafias.

Creo que el alargue del periodo de alcalde, además de otras razones políticas, lo que podría estar buscando es que Petro se quede como alcalde y no se presente a las elecciones presidenciales.

¿Cuál es su diagnóstico de la ciudad?

La ciudad tiene toda la potencialidad para ser todo lo que soñamos los bogotanos, pero requiere una inversión millonaria en obras de infraestructura. Sobrepasa los 50.000 millones de dólares, es decir más de 99 billones de pesos, lo que equivale en la práctica al costo de seis veces el presupuesto anual de la ciudad. Lo bueno es que se pueden conseguir.

Es mucha plata. ¿Cuál sería el camino?

Hay obras que se pueden hacer mediante alianzas con inversionistas privados, lo que implicaría que la ciudad no tiene que poner todo el dinero. Y por dar los permisos para estas obras y permitir el acceso al mercado de 8 millones de ciudadanos, la ciudad se podría quedar, sin poner un solo peso, con el 30% de todas estas obras.

¿Qué  obras serían?

El metro, además de una segunda línea subterránea por debajo la avenida Caracas. Un plan de renovación de la Avenida Caracas. Hacer en cinco o diez años una vía del metro por la NQS. Hacer el tranvía por la 7ª, construir el tren de cercanías, tres metro cables aéreos para las zonas más críticas de la ciudad. Hay que meterle 5.000 millones de dólares a TransMilenio. Poner a funcionar un plan de bicicletas públicas y privadas para las 20 localidades. Ampliar y mejorar 6 viaductos de oriente a occidente. Hacer el plan del Campin, ampliar la Autopista Norte y la carreara 7ª, con un peaje de entrada a Bogotá. La avenida Caracas necesita puentes o deprimidos. Se requieren por los menos dos autopistas urbanas del norte a la salida de Villavicencio, y otra en el occidente de la ciudad conectada de norte a sur. Se necesita una circunvalar sur de oriente a occidente para las localidades de San Cristobal, Usme, Ciudad Bolivar y Bosa. Se requiere alumbrado público led y unas 92 mil cámaras de seguridad. Salas de emergencia y de cuidados intensivos en todas las localidades y mínimo un hospital universitario más.

Es una lista larga. ¿Y para otros sectores?

En el tema de educación, en infraestructura, se requiere una inversión mínima de 3000 millones de dólares. Inversión en vivienda por una suma aproximada de dos billones. Zonas de entretenimiento metropolitano, en las localidades y las áreas rurales. El saneamiento del rio de Bogotá necesita 19 billones de pesos. Todo eso suma unos 53.000 millones de dólares, y no están todas las obras que se necesitan al detalle.

Eso es ambicioso.

Lo importante es que de esta cifra unos 28.850 millones de dólares podrían venir del sector privado nacional e internacional. Y además nos generaría riqueza para la ciudad del 30%, es decir 8.640 millones de dólares, que sería nuestra utilidad y que nos permitiría subsidiar a los estratos 1 y 2.

Si se lanza por la Alcaldía, ¿cuáles serán sus propuestas centrales?

Buscaré ser un alcalde de consenso, porque creo que eso es lo que se necesita. Ponernos de acuerdo entre empresarios, movimientos políticos y el concejo de la ciudad. De lo contrario no hay ninguna posibilidad de lograrlo para avanzar en las obras que la ciudad necesita.

Mi propuesta tiene que ver con las obras que ya mencioné, pero particularmente promover el empoderamiento del pueblo bogotano, con todas sus ciudadanías, que son en Bogotá una síntesis de la realidad nacional. Tengo la idea de que el presupuesto de la ciudad se debe construir en las localidades, a partir de la reflexión de ese pueblo poderoso, inteligente, creativo en cada una de ellas. Son ellos los que saben lo que les aqueja y también conocen casi siempre las soluciones.

Usted es un empresario y seguramente se enfrentará a políticos de larga trayectoria. ¿En dónde estaría la clave de un eventual éxito electoral?

Mi propuesta se compone de dos partes: La primera, y no la principal, va dirigida a generar riqueza para el pueblo bogotano y para la ciudad, muy diferente al esquema del capitalismo salvaje donde solo los ricos se enriquecen. Vamos a acudir al capital privado, para que con su dinero las obras se hagan, y no al revés, que con el dinero público los privados hagan lo que quieren, incluso robárselo. En nuestro esquema de economía del bien común y de la solidaridad, las obras se harán por los privados, con su dinero, pero la utilidad será compartida. Esto será una verdadera Re-Evolución en la redistribución del ingreso y de la riqueza en Bogotá.

Y la segunda, ésta si la más importante, en el tema social, pienso que hay que multiplicar por 10 lo que se ha conocido como la Bogotá Humana; no solo dar pescado sino enseñar a pescar. A esta Bogotá la llamaremos la Bogotá Solidaria, que creo que es el sentimiento que debe inspirar a todos los bogotanos.

Toquemos los problemas de la ciudad. Uno tiene que ver con movilidad. Francisco Santos ha dicho que resolverá el problema en cuatro años y prácticamente que la solución es Transmilenio. ¿Cuál es su posición?

Creo que está equivocado. Transmilenio colapsó y hace años dejó de ser la solución.  Lo que se necesita es una gran empresa de transporte masivo del Área Metropolitana de Bogotá y Cundinamarca, en la que se concentren todos los grandes negocios del transporte:  metro, tranvía, tren de cercanías, autopistas por concesión, monorrieles, cables, bicicletas y Transmilenio. Esta empresa será controlada por la EEB, con participación de los privados, respetando los derechos de los empresarios, y manejada por operadores profesionales privados, para así asegurar la excelencia en la prestación del servicio de transporte público.

La seguridad es otro tema central. No solo el raponazo en la calle, sino el avance de bandas criminales. ¿Cómo se frena eso?

El tema de seguridad solo se puede combatir con cámaras y con tecnología asociada a la seguridad personal y comunitaria. Aquí tenemos que invertir el esquema, de lo puramente público, es decir, una responsabilidad solo del Estado y de la Alcaldía, a un esquema tripartita, que es personal, humano y público, a cargo de la ciudad y de la Policía, y el más importante, de negocio. Esto significa que mientras sea un buen negocio ser bandido, en Bogotá, y en Colombia también la seguridad nunca funcionará. El ciudadano, siempre estará en riesgo y en peligro. Mientras el bandido salga impune de su fechoría, no habrá nada que hacer. En Estados Unidos el delito no paga. Allá,  el que la hace la paga. Aquí el que la hace se vuelve rico; eso tiene que cambiar.

Bogotá tiene déficit de vías y atraso histórico en mantenimiento. Siempre existe la tentación de más impuestos para tener los recursos. ¿Cuál sería su fórmula?

Los impuestos nunca alcanzarían para las obras que se necesitan. Lo que hay que hacer es  interesar a los inversionistas privados, nacionales e internacionales, para que inviertan sus dineros en obras públicas, pero donde la ciudad también gane, y que nos permita ayudar a las personas más vulnerables económicamente hablando y que no podrían costear estas grandes obras o servicios públicos.

Francisco Santos diagnostica una ciudad desesperanzada. ¿Es así de grave?

Eso suena a como que el agua moja y la toalla seca. La pregunta sería más bien ¿quién es responsable de esa desesperanza? Él ha sido parte de esas personas que han manejado el país, tanto en lo privado como en lo público.

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