El caso Sanitas: ¿Hasta dónde hay fragilidad frente a los ciberataques?
Son tres días sin poderse recuperar el acceso a los usuarios,
afectándose la asignación de citas, las autorizaciones de exámenes y medicamentos,
las certificaciones y otros servicios claves para los usuarios. El plan b ha sido
la atención cara a cara, con los retrasos que implica atender a miles de personas
en el país.
Me acaban de contar que las clínicas también se quedaron sin sistema. ¿Se imaginan? Es volver al pasado. Tal vez debemos hacer conciencia de eso, no solo para este tema puntual de los servicios de salud, sino para cualquier otro ámbito.
Finalmente es una lucha entre quienes quieren hackear las
páginas y los responsables de su seguridad, algo totalmente ajeno al ciudadano
común, que en últimas padece la fragilidad de la tecnología.
En Colombia ya ha pasado en distintas empresas. Pasó recientemente
con Invima, que avala la comercialización de medicamentos y de algunas bebidas
y alimentos. Se corren riesgos de perder información valiosa y de afectar seriamente
la oportunidad de los procedimientos.
La pregunta del millón es quiénes están detrás de esos
ataques. Son los ‘raponeros’ de otros tiempos, pero en el mundo digital. Es la nueva vieja delicuencia, que se siente más cuando su afectación es masiva, pero que está ahí desde hace rato. ¿Qué
dicen las autoridades?
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