La entrevista de ADN a David Luna

Cuando Jaime Castro asumió como Alcalde Mayor de Bogotá el primero de enero de 1992, en representación del Partido Liberal, David Luna Sánchez era menor de edad y no podía votar. Hoy, por esos raros giros de la vida y de la política, el joven y el veterano están enfrentados en procura del principal cargo de la ciudad, pero el candidato liberal es Luna y Castro lo hace con el aval de las Autoridades Indígenas de Colombia.

Una apuesta arriesgada del Partido Liberal...

Tan arriesgada es que el liberalismo no acudía a las elección de Alcalde con candidato propio desde hace 20 años. Siempre había resuelto la situación de manera cobarde, simplemente aliándose con el ganador. Hoy, creo que de manera oportuna, pero sobre todo valerosa, el Partido tomó la decisión de contar con un representante propio e ir hasta el final del proceso, independientemente de los resultados que den las encuestas.

¿El Partido Liberal lo respalda en pleno?

Hay una fracción que no está conmigo. Pero, no está conmigo desde el principio y es el sector que representan algunos líderes que buscan poder y no recuperar los ideales y la filosofía del Partido.

¿Pero, no es mucho tiempo perdido?

Se está haciendo un gran esfuerzo por recuperar la credibilidad con una agenda legislativa importante. Este es un proceso y hay que tener en cuenta que el liberalismo viene de 15 o 18 años de unos divorcios con la opinión pública que son lamentables. No solo se ha perdido tiempo, sino también la fuerza del voto citadino.

¿Espera reconquistar los corazones rojos?

Esta candidatura demuestra que el liberalismo quiere renovar su agenda urbana, quiere modernizarse, quiere una ciudad segura, quiere mayor inversión y posee un plan que no es solo discurso, sino mucha acción.

¿Bogotá acepta un alcalde así de joven?

Bogotá le tiene temor al cambio, pero las preguntas son ¿van a seguir votando por el menos malo?, ¿van a seguir votando en contra del alguen? Es hora de votar por la renovación, y esa soy yo.

¿En qué consiste ese cambio que propone?

Es un cambio político, institucional y, por supuesto, de modelo de ciudad. La ciudad cayó en una forma de hacer política en la que la corrupción nace en la financiación de las campañas, a cargo de un grupo de poderosos que quieren poner al Alcalde. Tenemos que recobrar la confianza del ciudadano en el Alcalde y en las instituciones: eso significa no cuotas políticas y no acuerdos por debajo de la mesa. Además, Bogotá perdió el rumbo, el norte, y necesitamos enderezarlo. Creemos que requerimos una ciudad rápida, con transporte eficiente, decente y económico; una ciudad integrada segura y, sobre todo, igualitaria. Mi propuesta demuestra que sí se puede hacer política con responsabilidad.

Bogotá tiene problemas en muchos frentes, pero los recorridos por la ciudad le han permitido a David Luna detectar el que requiere una solución inmediata. ¿Cuál es ese problema?

Los ciudadanos están desesperados con que un delincuente les roba la cartera, el celular, lo atrapa la Policía y a las 6 horas está otra vez en libertad. La sensación de inseguridad es muy preocupante y, por eso, será un problema que atacaremos con fuerza.

¿Cómo se hará?
Debe haber más cámaras, más pie de fuerza y mecanismos de denuncia. Pero, si no hay un verdadero sistema que sancione el delito menor, nada conseguimos.

¿Qué hacer, entonces?
Propongo la ‘ley de los tres golpes’: delincuenta que sea atrapado por robarse así sea una caneca, va a la cárcel; al salir, si reincide, la sanción va a ser mayor; y si, otra vez en libertad, comete otro delito, este va a ser considerado grave y le caerá todo el peso de la ley. Es que en Bogotá ser ladrón se volvió un oficio como el de médico o abogado.

¿Eso es suficiente?

No todo es garrote: también habrá zanahoria. Vamos a hacer una inversión inmensa para que los niños que van al colegio lo hagan durante todo el día para generar una diferencia cultural importante y cerrar la brecha con los estudiantes de colegios privados. Que aprendan más matemáticas, más inglés, que hagan más deporte. Sin embargo, lo principal será que aprendan a no estar en la calle permitiendo que con ellos o a costa de ellos se delinca.

¿Qué hará con el pico y placa?Como dice su nombre, volverá a las horas pico. Así, se generan unos picos de disminución de tráfico y se equilibra el número de viajes y podemos actuar más fácilmente. La peor equivocación de la actual administración fue dejarse presionar por la portada de una revista y poner una restricción de dos días. Eso no solo disparó el parque automotor, sino también provocó unos desequilibrios de los viajes aterradores.
Es que 300 mil bogotanos hoy viven de su carro. El enemigo no es el carro, el conductor o el motociclista: el enemigo es el atraso vial tan verraco que estamos viviendo. Los ciudadanos están desesperados con que un delincuente les roba la cartera, el celular, lo atrapa la Policía y a las 6 horas está otra vez en libertad. La sensación de inseguridad es muy preocupante y, por eso, será un problema que atacaremos con fuerza.
Vamos a convocar la fuerza parlamentaria para que ese delito menor sea sancionable, que no tenga reincidencia. Pero, no nos quedaremos ahí.

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