El reto de quien gane la Alcaldía de Bogotá
Bogotá es muy diferente hoy a la ciudad de hace 20 años. Más gente, más moderna, más necesidades de los sectores populares y mucho más difícil de administrar.
En algo más de una semana será la jornada electoral. Nueve candidatos de distintos orígenes y tendencias políticas siguen en carrera. Unos están arriba en las encuestas. Otros, según esos mismas consultas, están por debajo de lo esperado y se vería poco probable que mejoren.
Pero una cosa son las encuestas y otra la hora de la votación. No es claro que todo el que diga que votará por X candidato decida el día de elecciones marcar el tarjetón. Por eso, las encuestas no son la última palabra.
En ADN, por eso se les dio el mismo espacio a todos los candidatos. No necesariamente el que tiene 0,1 por ciento de aceptación es el más malo. Ni el que va bien en la encusta es el mejor. Tradicionalmente los medios prefieren dedicarles más espacio a los tres primeros en la intención de voto y prefieren ignorar a quienes están mal en las encuestas. Pero en ADN preferimos aportales a sus lectores y a la ciudad la posibilidad de conocer de igual a igual a todos los candidatos. Y que todos tengan la oportunidad de conocer sus posturas frente a los problemas y el rumbo de la ciudad.
En esas circunstancias, escogimos temas centrales con preguntas que respondan en el mismo espacio todos los candidatos y en el mismo momento, para que el lector pudiera comparar. Seguridad, movilidad, pobreza, convivencia, juventud... hicieron parte de ese menú.
Y esta semana empezamos a publicar entrevistas extensas de los candidatos. Cada día uno. Aparecen de acuerdo con un sorteo que hicimos con los jefes de prensa. El primero fue Peñalosa. El último, Carlos Fernando Galán, el viernes antes de los comicios. Igual ocurrió con candidatos a Alcaldía y Gobernación en Cali, Medellín y Barranquilla.
Castro, Galán, Guevara, Luna, Páez, Parody, Peñalosa, Petro o Suárez, el que gane, tienen la responsabilidad de poner a Bogotá en un escenario mejor al de hoy. Mejorar las condiciones socioeconómicas de los pobres, resolver el enredo de la movilidad, gestionar las bases para que la ciudad enfrente como debe ser el reto que le impone el TLC con Estados Unidos...
Hasta luego.
En algo más de una semana será la jornada electoral. Nueve candidatos de distintos orígenes y tendencias políticas siguen en carrera. Unos están arriba en las encuestas. Otros, según esos mismas consultas, están por debajo de lo esperado y se vería poco probable que mejoren.
Pero una cosa son las encuestas y otra la hora de la votación. No es claro que todo el que diga que votará por X candidato decida el día de elecciones marcar el tarjetón. Por eso, las encuestas no son la última palabra.
En ADN, por eso se les dio el mismo espacio a todos los candidatos. No necesariamente el que tiene 0,1 por ciento de aceptación es el más malo. Ni el que va bien en la encusta es el mejor. Tradicionalmente los medios prefieren dedicarles más espacio a los tres primeros en la intención de voto y prefieren ignorar a quienes están mal en las encuestas. Pero en ADN preferimos aportales a sus lectores y a la ciudad la posibilidad de conocer de igual a igual a todos los candidatos. Y que todos tengan la oportunidad de conocer sus posturas frente a los problemas y el rumbo de la ciudad.
En esas circunstancias, escogimos temas centrales con preguntas que respondan en el mismo espacio todos los candidatos y en el mismo momento, para que el lector pudiera comparar. Seguridad, movilidad, pobreza, convivencia, juventud... hicieron parte de ese menú.
Y esta semana empezamos a publicar entrevistas extensas de los candidatos. Cada día uno. Aparecen de acuerdo con un sorteo que hicimos con los jefes de prensa. El primero fue Peñalosa. El último, Carlos Fernando Galán, el viernes antes de los comicios. Igual ocurrió con candidatos a Alcaldía y Gobernación en Cali, Medellín y Barranquilla.
Castro, Galán, Guevara, Luna, Páez, Parody, Peñalosa, Petro o Suárez, el que gane, tienen la responsabilidad de poner a Bogotá en un escenario mejor al de hoy. Mejorar las condiciones socioeconómicas de los pobres, resolver el enredo de la movilidad, gestionar las bases para que la ciudad enfrente como debe ser el reto que le impone el TLC con Estados Unidos...
Hasta luego.
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